"Marta Minujín: “Creo que soy genial”
14/01/11
La artista plástica, que expone actualmente en el Malba, se reconoce como una adicta al trabajo y una eterna rebelde.
Por María Laura Santillán
Hace 19 años que no la entrevisto y cuando entra al restaurante del Malba me sorprende que su estampa sea la misma. Parece que el tiempo no hubiera pasado para ella, que nada la hubiera cambiado. Parece inmortal.
¿Almorzamos? Vos almorzá que yo me tomo un café con leche. Odio almorzar, me corta el día. Me pone en otro estado de ánimo. Toda la ceremonia de la comida me distrae. Tomo el desayuno y no como nada hasta las siete de la tarde, en que empiezo a comer y no paro hasta las doce de la noche (risas).
¿Qué comés? Queso derretido. Galletas de arroz con queso blanco y dulce, tomates, ensalada, licuado de palta, cuatro o cinco yogures. Y pan con manteca y dulce de leche. Todo lácteo. Es lo que más me gusta. Tomo 15 o 16 tazas de café con leche por día.
¿Desde cuándo no comés? Siempre, mis padres me tenían que obligar para que me sentara en la mesa. Me tiraba al piso.
¿Por qué? Odio las reglas sociales.
Pero aceptás algunas. Esta muestra retrospectiva de tu obra es aceptar una regla social.
La curadora me convenció, sus argumentos eran válidos. Mostrarle a la gente que de chica tenía una vocación nata, cómo pintaba, mi actitud. Yo destruía todo.
¿Qué decían los terapeutas de esa destrucción? Nada. Nunca hice terapia, estaba en contra del psicoanálisis. Quería dejar fluir mi mente y me parecía que me sacaba creatividad.
¿Ahora qué indagás en terapia? Cuestiones familiares que tenía de chica. La rebeldía brutal. Yo me fui de casa a los 14 años y me casé a los 16. Los miedos que tenía de chica, en eso estoy trabajando.
¿Es duro revivir? Si, es duro. Mi padre quería que yo fuese varón. Era muy desgraciada en mi casa. Mi niñez no fue feliz, después empecé a ser feliz con el arte. El arte me dio todo: viajes, amigos, felicidad, descubrimientos. Le debo a la vida el don de tener arte y de haberlo entendido. Una persona que a los diez años dice que quiere ser artista plástica, se anota en Bellas Artes y tiene una independencia brutal es raro, no hay muchas. No había tantos rebeldes en esa época.
Tu rebeldía es completa.
Claro. La rebeldía es contra las galerías de arte, los museos, contra el mercantilismo del arte. Vivo del arte, pero tuve 17 becas, después empecé a vender. Toda la plata que gano la invierto en nuevas obras y no tengo ningún mecenas, soy mecenas de mí misma.
El hecho de mostrar tu obra debe abrir devoluciones inesperadas.
Claro. Ahora hay que recibir. Aparte entendí que la muestra es sensacional. Casi todas las obras están recuperadas: hay cuadros, colchones, películas, espacios, hay situaciones interactivas. Es una retrospectiva inusual de arte.
¿Cuántas horas trabajás por día? De
¿Alguna vez paraste? No. No puedo. Me aburro si no trabajo.
¿Sábado y domingo también? No, no puedo porque no me alcanza para pagar a mis ayudantes. Yo necesito cinco: uno grandote para cargar, otro para las cosas chiquititas, otro que pinta las rayas de colores, una secretaria y otra que está en el archivo. Trabajaría siempre, me encanta.
¿Cambió la energía con el paso de los años? No, me siento igual que a los 25, mental y físicamente. No creo en la edad cronológica. Ni creo que parezca la edad que tengo. Para mí el tiempo no pasa. La vida es un momento. No es largo, es un momento, el presente. El futuro en el presente, el pasado en el presente y el presente en el presente. La vida es un continuo presente.
¿En este momento los argentinos están más atentos al arte? Sí. Muchísimo más. Hace 40 años había siete galerías de arte, muy pocos coleccionistas y no había ferias de arte. Ahora es una explosión cultural impresionante. El arte ayuda a vivir a la gente.
¿Quiénes son tus amigos? Outsiders, marginales. No tienen un trabajo fijo, hacen lo que quieren, viven como pueden. No tienen plata, no se van a Punta del Este ni a Mar del Plata.
Vos, ¿adónde vas de vacaciones? A un lugar muy escondido en el Sur donde no hay absolutamente nadie. Me encanta, me fascina.
¿Te gusta estar linda? Sí, me gusta, me gusta estar maquillada, cuidarme la piel. Creo que la belleza física tiene poder.
¿En qué te cuidás? Odio engordar. El pelo prolijo, las uñas pintadas. Tengo mi propia imagen. Me siento cómoda con el overol. Si me pongo un vestido me siento rara.
¿No te cansás de usar siempre el mismo look ? No. Si me pongo un vestido, tiene que ser una excepción. No tengo la opción económica de ir a comprar un vestido único de diseñador. Me lo diseño yo y lo mando a hacer. Me encanta la moda. Me gusta ver las vidrieras a la noche. No entro en la tienda, jamás me compro nada en ningún viaje.
¿Que pensás de las cirugías estéticas? Son fantásticas, si no te morís y si te la hacen bien. Creo que en el futuro todo el mundo va a tener alrededor de 50 años.
¿Hacés gimnasia? Sí. Todos los días a la mañana, sola, en casa con un DVD, hago 40 minutos. Me da energía.
¿Qué reglas hay que romper si uno quiere rebelarse? Las reglas rotas. Por ejemplo, la rebeldía hoy sería mandar a trabajar o a estudiar a la gente joven. La cultura. Que la gente lea. Con Internet se paralizó la gente. Veo a la juventud sin ideales. A los diez años mi ideal era ir a París a pintar y ahora los chicos quieren el celular, la 4 x 4, ir a la playa. La regla ahora es vivir desaforadamente.
¿Cómo ves a los argentinos? Mal. Muy confundidos. Va a tardar un tiempo. Hay demasiada pobreza en la calle, demasiada basura. No se cree más en la palabra.
¿Lo que hacés ahora es mejor que lo que hacías antes? Siempre creo en lo que hago. Siempre. Desde los diez años sabía que era genial. No me da vergüenza decirlo porque yo lo creo, pero no me la creo.
¿Cuál es la diferencia? El que se la cree es engreído y yo no soy así. Yo creo que soy genial pero si los demás lo descubren o no, no me importa. Me compró el Pompidou y el MOMA, el Reina Sofía. Me está yendo muy bien afuera. Acá tengo una figura que tapa lo que hago. Salió así.
En tus vínculos hay mucha estabilidad.
Sí, estoy casada desde los 16. Tengo hijos y nietos. Adoro a mis amigos. Los considero muy importantes, tanto como a la familia.
¿Qué te hace sufrir? El desamor. Quiero que todo el mundo me quiera, me ame. Todos. Es una locura de amor, una necesidad de amor.
¿Y cómo se hace? La gente que trabaja conmigo jamás se retira, jamás se va. Jamás me deja. Tengo como un trato con ellos que es único.
¿Qué sueño te queda por cumplir? Hacer la torre de Babel gigante y la mujer gigante, de hierro en la Reserva Ecológica. Es un proyecto de arquitectura y escultura. Pero es muy cara, sale como 200 o 300 mil dólares. Y quiero hacer un parque de diversiones para la mente y los sentidos. Y me gustaría ponerlo en el MOMA de Nueva York.
¿Qué hay que hacer para sentir esa energía que vos tenés? Soy así. Tenés un don natural. Como el chico que toca el piano todo el día sin saber y compone. Tenés un don, sos conciente que lo tenés y que lo vas a tener hasta la muerte. Igual tengo momentos de depresión como cualquier persona. Y me siento mal y me quise suicidar y miles de cosas y me siento sola y todo eso. No es tan fácil. Pero trato de ser independiente, hago todo sola, compro por teléfono, todo para evitar el contacto porque soy un poco fóbica.
¿Qué dice tu marido? Somos muy parecidos. No tenemos amigos en común, nadie, ni una pareja. El está con sus amigos economistas y yo, con artistas marginales. Entonces nunca viene nadie a casa. Estamos siempre solos. O con nuestros hijos. Nos llevamos muy bien.
¿Hay alguna explicación para que el vínculo haya durado tantos años y sea tan estable? Una vez le dije: “Yo estoy casada con el arte”. Me fui a París tres años y el amor perduró. Si al amor lo cuidás, es como el arte: tiene energía y queda intacto, no importan los años que pasen."
Link :: http://www.clarin.com/mujer/Creo-genial_0_409159192.html
...Te queremos Marta, y mucho ;)
Recomiendo!
Visitar "Obras 1959-1989", la muestra de la artista que se encuentra en el Malba hasta el 7 de febrero.
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